sábado, 27 de febrero de 2016

Mercado de Bellavista y Delfín Rosa. Amazonas III




Nuestro siguiente destino era el mercado al aire libre de Bellavista  de Nanay

Mientras navegábamos en nuestra lanchas disfrutaba del la hermosísima visión del Amazonas. Todo ese enorme caudal y tanta selva. Los pescadores locales se afanaban en pescar en las orillas con pequeñas redes y botes reducidos.
Otras barcas de mayor tamaño llevaban a la familia y forraje para el ganado, frutas, carbón o cualquier carga imaginable.
El sol tocaba mi cara a esa hora mientras sentado en la proa de la lancha respiraba la selva entera, feliz de estar allí y disfrutar de aquella grandiosa y bella aventura. Siendo una vez mas consciente de donde estaba, paladeando el momento para que no se me fuera entre las manos, para que cada segundo fueran diez, y un mes en estas tierras fueran como un año de sensaciones.


Al llegar  al embarcadero de Nanay apenas había sitio para  nuestra lancha dado el frenético entrar y salir de embarcaciones con sus mercancías que iban y venían del  mercado de Buenavista.
Justo a nuestro lado, unos jóvenes desembarcaban enormes sacos de carbón. Un poco más allá algunas mujeres hacían la colada en un barreño de plástico.
Las primeras casas del mercado estaban diseñadas de manera que su parte de abajo estuviera a salvo de futuras crecidas del río.  Las viviendas reposaban su estructura encima de troncos de madera que hacían las veces de vigas de carga que a su vez las separaban del suelo. De esa manera, cuando crecía el río solo se inundaba la parte de abajo que era diáfana.





































































En medio de una de las calles principales del mercado un grupo de hombres jugaban frenéticamente al voleibol. Niños y mayores observaban el espectáculo divertidos y expectantes.
Mas de una vez en este viaje me encontraría a peruanos y bolibianos juagando a este deporte que también vi jugar hace años en Ecuador.
Nos dirigimos a comer y fuimos viendo puestos de lo mas variado. Primero aparecieron todo tipo de frutas con mujeres y niños atendiendo los puestos.
Unas bananas asadas olían estupendamente y se me hacía la boca agua. Dos chicas sonrientes ofrecían zumos caseros y en una mesa contigua  el preciado aguaje, una fruta amazónica de agradable sabor y mucho consumo.
Antes de seguir viendo más puestos, paramos en unas mesas de madera a comer una típica comida del amazonas.
El primer plato que probamos fue el juane:
 Elaborarlo con arroz, carne de gallina, aceituna, huevo cocido, especias , todo se envuelve con la hoja de bijao (planta típica del Amazonas)  y posteriormente puesto a hervir durante aproximadamente una hora y media.

Muy rico, pero el que a mi me encanto fue el  tacacho. Es el plátano frito y machacado y asado al carbón que se mezcla con manteca de chancho (cerdo), y cecina en nuestro caso mezclado también con yuca y con una salsa de cebolla criolla deliciosa. Era todo como una boloncio amarillo envuelto también en una hoja de bijao. Me encantó!!





















Para beber, una incacola, que es la competencia amarilla de la bebida estadounidense, rica pero un poco empalagosa.
Después de comer me separé de nuestro guía conductor de la lancha y el estadounidense y su esposa japonesa. 
Me dispuse a ver detalladamente el mercado de Bellavista. 
Otros de los puestos que proliferaban eran los de pescado fresquísimo y recién capturado de río Amazonas.
Las hijas de algunas tenderas jugaban a las cartas encima de la mesa, al igual que algunos adultos. Otros a esa hora hacían un alto en sus puestos para comer.
Algunos dormitaban en hamacas o sillas a las puertas de sus casas.

De nuevo más puestos de pescados, unos ya asados y otros sin cocinar e incluso moviéndose.

De repente un puesto diferente, gusanos de esos que uno ve en los documentales, tan gordos como dedos, de movían en un barreño lleno de fibra (hoja de palma) de palma choncha.
Aquí los llaman pinchos mayones porque se sirven como un pincho moruno. También llamados chontacuros (que en quechua significa "gusanos de la chonta").
Asados al carbón y con sal están deliciosos . Ya se que alguno le dará bastante asco, pero realmente están buenos si uno come sin perjuicios.  En china probé hormigas y saltamontes, por lo que mi tolerancia a cualquier alimento extraño es alta.
Muchos extranjeros se horrorizan cuando se enteran que nosotros comemos pulpo. Todo es cuestión de costumbres y culturas gastronómicas.
Aquí son muy apreciados por su sabor y sus propiedades curativas para  problemas respiratorios. A mi me sabían a una mezcla de panceta y patata.







Delfín Rosa

Después del mercado de Bellavista nos internamos de nuevo el el Amazonas en busca del delfín rosado. Hay dos tipos de delfines en el Amazonas; el gris y el rosado. 
Aunque estuvimos un buen rato, apenas vimos media docena de  delfines, alguno de ellos rosados. Aunque  los vimos a cierta distancia,  nos dimos por satisfechos porque a veces es fácil no ver nada.