domingo, 5 de noviembre de 2017

Puno - Copacabana - La Paz. 3 días 300 Km




- De Puno a 26 Km de Copacabana: 116 KM 1º día.
- 16 hasta la frontera de kasani, 9 más hasta Copacabana y 83 más hasta 5 km después de la población de Huarina: 108 Km 2º día.
- 5 Km después de Huarina a La Paz 65 Km, más 11 por La Paz: 76 Km 3º día. 

Desperté más tarde de lo habitual, preparé mis cosas y salí del hotel ilusionado por llegar a Bolivia. Era mi segundo país a visitar en este viaje. Atrás quedaban ya bastante lejos el río Amazonas y sus maravillosas selvas, Lima, Los Andes, el río Apurimac, el nevado de Huaytapallana, Cuzco, Machu Picchu...
Ahora cambiaría de país , los soles peruanos por los pesos bolivianos..
En Kasani estaba situada la frontera boliviana, justo 9 km  antes de Copacabana.

El día era soleado y radiante, el invierno de aquí era seco y de cielos abiertos, ideal para el cicloturista. Si vienes en verano, cuando en España es invierno, te encontrarás con lluvias permanentes y caminos embarrados.
Bajo un día perfecto empecé a pedalear disfrutando del paisaje, en general bastante llano, a 4000 metros pero llano. El Altiplano  recorría por aquí las orillas del lago Titicaca y era placentero ver los entrantes y salientes del agua. Algunas veces la carretera se alejaba del lago y dejabas de verlo. Otras veces este estaba a tu izquierda durante decenas de kilómetros. Notaba uno su brisa y humedad. Recuerdo este tramo como algo agradable y placentero. Además estaba menos cansado ya que había estado tres días sin pedalear.

En una de mis primeras paradas para comer algo me encontré con una mujer y su pequeña de unos 4 años que cuidaban una vacas.
Hable con ella un rato y le entró una risa tonta cuando me empeñe en fotografiarla. Llevaba dos trenzas de estilo Andino con un gorro marrón de bombín de copa altísima. La niña se interesó mucho por mi bicicleta y anduvo tocándola  todo el rato. Se mostró encantada y sonriente cuando la senté en el sillín de la misma.
Me despedí de esta familia y continué mi camino.

Kilómetros más adelante, en unas casas a la derecha del camino, encontré una alpaca  amarrada a una estaca a través de una cuerda. Paré para acariciarla, ya que las que había encontrado sueltas no se dejaban acercar. Esta no tenía mas remedio. Al principio tuvo ciertas reticencias pero poco a poco cedió al encanto de mis rasquidos en la nuca.
Le dí algo de fruta que comió encantada y proseguí mi camino.


























































Más adelante se habría una playa de piedras bastante larga frente al lago. Se veían pequeños barcos amarrados y algunas construcciones  a modo de choza de piedra para protegerse del viento.
Paré aquí en una zona llamada Callumaqui, en el kilómetro 92 de mi recorrido de ese día , antes en el Km 82 había pasado por la población de Juli.
En aquella playa pedregosa me senté y contemplé la inmensidad del lago. Al otro lado podía ver con claridad la cordillera Central de los Andes en Bolivia. Entre otros distinguía el Ancohuma 6427m (en aymara: janq'u uma, "agua blanca"). Este forma un macizo y montaña  junto con el Nevado Illampu, situados al oeste de Bolivia.

Era un día tan nítido que dejaba ver con claridad perfecta unas montañas situadas a 100 Km, justo en la otra orilla y ya en el lado Boliviano, aunque yo estaba todavía en el peruano.
Hice alguna foto y estuve como media hora contemplando el paisaje.
Este viaje daba para muchos lugares y momentos únicos.  Estaba claro que este era uno especial. Allí solo en aquella inmensidad, con mi caballo metálico, un poco de agua y maíz tostado en mis alforjas con algo de fruta. No necesitaba más. Sin preocupaciones y con aventuras esperándome. No había mejor plan  ni momento.

Después de estar en esta playa me dedique a buscar un lugar para dormir. En la misma playa me pareció muy expuesto a todo el que pasara y también muy ventoso, así que seguí mi camino. Luego probé en una especie de marismas pero el terreno era blandísimo.

Poco a poco se me iba haciendo de noche e iba descartando sitios, en todos lados había casas aisladas o no había un bosque o cobijo discreto. En el km 116 de mi recorrido, a 17 de la frontera de kasani, subí mi bicicleta a una ladera que escondía un camino de tierra que me dejaba a cubierto. Monté la tienda de noche y tumbé la bici. Luego bebí y comí algo antes de caer rendido.











FRONTERA DE KASAMI, COPACABANA

Al día siguiente emprendí mi camino a la frontera. Me abrigué bastante ya que ese día hacía bastante frió, incluso me puse en los primeros Km los guantes de escalada.
No tardé mucho en llegar a Kasani la frontera peruano-boliviana.

Aquí necesitaba tener el pasaporte sellado con la entrada en Perú.
Luego rellené un formulario con mis datos.
Antes de entrar en Kasani cambié mis últimos soles peruanos por pesos bolivianos, quedándome alguna moneda de recuerdo.
Cuando entré en Bolivia seguí pedaleando dirección Copacabana, que sólo estaba a nueve kms
Mi intención en Copacabana era ver esta población y tomar un barco a la isla del Sol, pero estos planes cambiaron.
Al llegar a Copacabana me sorprendió la cantidad de turistas que había en sus terrazas que daban a un pequeño puerto-playa orientado al lago.
Estaba lleno de barcos y barcas, algunas a pedales decoradas con dudoso gusto y  con forma de cisnes o patos.
Aunque tenía ganas de ver la isla del Sol, no era una prioridad  necesaria cuando ya había visitado tres islas antes, aunque esta estaba en el lado boliviano.
Estuve unas dos horas apenas en Copacabana , lo que tardé en pensar que aquella población bella y pero llena de turistas no me iba hacer perder un día en detrimento de lo que si realmente quería ver.
Apenas me quedaban 9 días de mi viaje y sí quería ver El salar de Uyuni, Potosí, Sucre y la Paz.
Así que prescindí de la isla del Sol y de más tiempo en Copacabana. Anduve desayunando un buen almuerzo antes de partir y tuve tiempo de ver la Catedral Virgen de Copacabana.

Partí sin perder un momento dirección la Paz, 147 km me separaban de mi destino.
40 km después aparece el Estrecho de Tiquina que hay que cruzar en ferry de orilla a orilla.
 El estrecho tiene 780 metros  de ancho y separa el lago Titicaca en dos partes. Esta es una separación (o unión), de las dos masas de agua que conforman el lago Titicaca. La parte más grande en el Norte se llama Chucuito y la más pequeña en el Sur recibe el nombre de Huiñaymarca.

Después de cruzar el estrecho continué 40 km más, en total ese día hice 16 hasta la frontera de kasani y 80 más hasta 5 km después de la población de Huarina. En total 96km
Dormí esa noche en mi tienda después de cenar en Huarina
Puse mi tienda en una ladera arbolada ya entrada la noche.


Al día siguiente me desperté relativamente tarde. Estaba perdiendo  mi buena costumbre de despertarme a la 6 de la mañana y empezar a pedalear a las 6:30. El cansancio acumulado se iba notando cada día mas.

Ese día tendría una etapa no muy larga hasta La Paz. De Huarina a la capital boliviana había 70 km,  a los que hay que sumar10 más pedaleando dentro de La Paz hasta llegar a mi destino. 80 Km de etapa en total.
Fue una etapa maravillosa por que llegaba a La Paz, una gran ciudad y capital de Bolivia, situada a nada menos que 3640 metros de altura.

Desde aquí tenía pensado ir a Uyuni en autobús y ver el Salar alquilando algún tour. Pero cambié de idea cuando algún cicloturista que me crucé en el camino, me dijo que pedalear en el salar era algo único.
Así que mi plan era dormir en La Paz y tomar un autobús al día siguiente dirección Uyuni. con mi bici en el autobús.
Desde Uyuni pedalearía hasta la "isla" de Incahuasi después de ver las locomotoras abandonadas a las afueras de la propia Uyuni. Desde La población de Uyuni hasta Incahuasi hay un total de total 100km de sal, dormiría y volvería a Uyuni pueblo.
Aunque pedalearía por todo el Salar de Uyuni, mi plan de ir en autobús hasta la propia población  de Uyuni, conllevaba abandonar mi idea de hacer todo mi recorrido en bicicleta.
En realidad me había dado grandes palizas en bici por los Andes.
Ya no tenía tiempo de hacer mucho más si iba en bicicleta el resto de días, así que los últimos días tendría que alternar mi bici con transportes de petróleo.

Tuve la oportunidad de ver en mi trayecto  desde Huarina a La Paz la Cordillera Central de los Andes en su parte boiviana , solo que ahora mucho más cerca que cuando estaba en aquella playa del Lago.













































Cuando llegué la Paz justo entrando por una autopista que te deja en una especie de mirador pude apreciar la enormidad de La Paz y su multitud de casas. Adornada siempre por el nevado de Illimani 6462 m paré allí justo antes de empezar a bajar por dicha autopista hasta la plaza del Estudiante, mi destino.
Allí trataría de localizar la casa del ciclista.
https://casadeciclistas.wordpress.com/
 Una especie de casa de ciclistas gratuita donde se quedan los cicloturistas de todo el mundo.
El dueño es Cristian Conitzer de origen alemán. Para alojarte en esta casa de cicloturistas hay que enviar un correo a su mail:
cdc at conitzer dot de   este es el que viene en la dirección Web de la casa de ciclistas. dot es punto en alemán y at se convierte en @ y de es Deutschland (Alemania)nos queda:
CdC@conitzer.de
 Desean fervientemente que su dirección física no aparezca y que todo el que quiera ir a esa casa de ciclistas en La Paz tenga antes que enviar un correo.
Incluso el correo se las trae para conseguir el auténtico.
En otra entrada ampliaré más la información de la casa de ciclistas de La Paz, donde no daré la dirección exacta pero si la forma de averiguarlo. Es la forma en que ellos lo quieren y hay que respetarlo

Dejo esto de momento:

Cristian o Ariel Conitzer
Preguntar dirección por e-mail,
CdC@conitzer.de
casa es en el centro de La Paz.
Teléfono móvil para urgencias: 00591 730-96728
https://casadeciclistas.wordpress.com/
Casa, ducha, taller y ayuda en la planificación de viajes

Una vez enviado el mail a esa dirección, Cristian te envía luego a tu correo la dirección física de la casa de ciclistas en La Paz.

Cristian Conitzer,  hijo del artista Juan Conitzer -físico de profesión, competidor y apasionado del ciclismo- estableció el concepto de la casa a inicios de 2008, con el apoyo del lado paterno de su familia...
Ya hablaré mas adelante de él.
Cuando llegué al Plaza del Estudiante me costo como 40 minutos encontrar la casa, ni policías ni viandantes habían oído hablar nunca de la casa del cicloturista. Por fin, en una tienda de fotocopias una mujer supo indicarme algo. Me dio el nombre de una calle donde ella creía que estaba la casa del ciclista y para allá que me fui hasta que di con la calle en cuestión. Fui mirando portal por portal y descubrí en uno unos dibujos de cicloturismo, eran discretos pero suficiente para un ciclista.
Llamé y me abrieron, justo ese día estaba Cristian, luego descubrí que era algo inusual y lo normal que que te abrieran otros cicloturistas y te explicaran como funcionaba la casa. Nos saludamos  y  me enseño la casa.
Situado en un  edificio de estilo antiguo con techos altos, el lugar era una extraña mezcla entre zona artística y lugar de cicloturistas. Ya me extenderé en la descripción en mi viaje de vuelta a la Paz
Hablamos Cristian y yo de los días que me quedaban y de mi periplo ciclista. Este me aconsejo el bus a Uyuni dándome la dirección de la estación desde la que salía.
Resulta que en una hora salía uno para Uyuni, justo a las 8 de la tarde. Así que me despedí de él hasta la vuelta de mi periplo boliviano. Ya que mi vuelo de vuelta a Madrid salía desde La Paz, por lo que tenia que volver a la capital de Bolivia.
Me fui pedaleando a la estación que estaba 5 km cuesta arriba hasta la terminal de autobuses La Paz.
Saqué un billete con suplemento de equipaje por la bici, saque dinero en un cajero de la estación, comí una pizza a todo trapo, gire el manillar para poder tumbar la bici al meterla en el maletero y me tumbe en la parte de atrás del autobús  cuando nos dejaron entrar.
Todo esto en dos horas en La Paz a la que luego volvería con tiempo y tranquilidad.
pero por la que hoy pasaría con un estrés horroroso por el hecho de aprovechar los días y salir cuanto antes de La Paz para ver otras zonas de Bolivia.
Pero la ventaja es que al día siguiente bien temprano estaría en Uyuni entre las 5 o 6 de la mañana, justo en el Salar con días para pedalear por Potosi y Sucre.
Esa noche no dormí muy bien, a ratos lo conseguía, otras veces no, en esas 9 o 10 horas que duraba el viaje en autobús La Paz-Uyuni. Pero estaba contento ya que iba camino de un destino único en el mundo.








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